Mientras se deciden a ver si se acaban o no los cierres perimetrales, para poder desplazarse y poder ir al pueblo, que es donde tengo el taller, van llegando nuevos juguetes.
Aproveché el tener que estar en casa para pedir un pack de sierras japonesas y varios formones.
Arruinados como poco. Menos mal que la jefa ya no se asusta, que si no ya me veo en la calle con las herramientas.
Son las estandar. 24 cm de hoja.
Esto es lo que pasa por estar en casa con tanto tiempo libre, que uno acaba cayendo en la tentacion. Mejor era estar en el taller dandole al serrin. Que cada vez que me pongo en faena tiene que acabar viniendo la señora a buscarme para que entre en casa.
La mía me va a romper las baldosas de la cocina, como tengo el taller debajo, no se molesta en llamarme, agarra una silla y golpea sobre el suelo directamente, clon, clon, clon, es el primer aviso, el segundo es un clon más
A mi solo me da un aviso.
Entra en el taller, que esta en otro edificio junto a la casa, se queda en la puerta dando golpecitos en el reloj de la muñeca y dice, “es la hora”. No hay mas que hablar.
Aun no he conseguido descubrir que quiere decir con lo de es la hora. La hora de la cena, de la ducha, de recoger…