Restauración y puesta a punto de herramientas antiguas

Hola a todxs.

“Ya nadie arregla nada, se reemplazan unas cosas por otras y listo”. Tal vez éste sea un síntoma de los tiempos en que vivimos, pero no va conmigo (e intuyo que, por aquí, habrá más de unx que piense igual). Asumiendo este hecho como normal, luego, no nos debería sorprender que de la “obsolescencia programada” de las cosas se pase a la “obsolescencia programada” de las personas… En fin,… al tema.

La tarea que me propongo realizar es RESTAURAR Y PONER A PUNTO DIVERSAS HERRAMIENTAS ANTIGUAS. No pretendo que queden de exposición, ni mucho menos: la idea es que se pueda trabajar con ellas en óptimas condiciones. Además de por el encanto que puedan tener en sí, lo hago para disponer de un conjunto básico de herramientas con las que trabajar la madera de forma manual (que, poco a poco, iré completando con algunas herramientas nuevas, allí donde sea necesario).
Son dos junqueras o garlopas, diversos cepillos y guillames (unos doce), alrededor de ocho formones y gubias, serruchos y sierras de bastidor, etc. En la foto (disculpad por la calidad) se pueden ver unas cuantas. Algunas no tienen arreglo o no merece la pena dedicarles tiempo: soy consciente de ello, así que, reciclaré sus piezas y no descarto construir algún “engendro” con ellas. En cambio, otras, a mi entender, están bastante bien y prácticamente hay que limpiarlas y afilarlas, a lo sumo. Entre ambos extremos, se encuentran las que más trabajo van a requerir: sobre todo, cepillos y algún serrucho. Progresivamente colgaré en este hilo imágenes del proceso y puntualmente plantearé las dudas y cuestiones que me surjan. Aquí es donde necesitaré ayuda y, si son tan amables, les pediría que me echasen una mano.

http://www.foromadera.com/resources/image/2076

De modo que este proceso va a suponer para mi una iniciación a la puesta a punto de diversas herramientas: desde el afilado de formones al ajuste de cepillos… Disculpad si, en algún momento, los métodos empleados no son demasiado ortodoxos. Las licencias que me tome no estarán reñidas con la rigurosidad técnica, sobre todo si se entiende el contexto en el que van a ser empleadas: el taller de un artista en ciernes.
Gracias de antemano


Para empezar, una FALSA ESCUADRA:
Lija de agua (400 y 600) para la hoja; lija para la madera y un poco de aceite de linaza para el acabado. Eso es lo que he hecho para limpiar las capas de mugre y algo de óxido acumulado. Ya lo había realizado antes de conocer este foro, así que no tengo fotos del “antes” pero, creedme, el cambio es considerable. Ahora, su estado es aceptable: el acero no está demasiado picado, el borde de la hoja no tiene mellas que interfieran en el trazado, la palomilla aprieta bien el fleje y las caras de referencia planas, paralelas y escuadradas. Como curiosidad: bajo el óxido apareció la marca (h. disston & sons) y por lo averiguado buceando en internet parece que tiene algunos años.
En éste punto me surge la primera duda aplicable a otras herramientas: ¿Qué producto es el adecuado para proteger la madera de las herramientas en general?¿Aceite de linaza, de adormidera, de tung, cera de abeja,…? ¿Depende del tipo de madera? El aceite de linaza es el que he empleado y parece idóneo; al ser un aceite secante, sella el poro, cumple la función de proteger la madera de la humedad y, supongo, que aportará cierta solidez a la madera al empapar sus fibras y cohesionarlas cuando seca. Me equivoco? Y en cuanto a la manera de aplicar el aceite de linaza: ¿Mediante capas finas con tiempos de secado o con una sola capa que penetre bien en la madera? ¿Por inmersión?
Saludos




Hola gentes
Ahora ando enredado con este CEPILLO, y me encuentro en un dilema. La idea inicial era destinarlo para trabajos de desbaste y tareas que no requieran demasiada precisión. Rectifiqué la base, que estaba un poco arqueada, y afilé los hierros. Si no me equivoco, pienso que el cepillo es relativamente pequeño para trabajos de desbaste y en trabajos finos, la apertura de la boca es muy grande. Para que os hagáis una idea de sus dimensiones: la base del cepillo mide unos 185 mm, el hierro es de 44 mm y la apertura de la boca es de 4 mm. Entre estas dos opciones me muevo: dejarlo como está (y afilar los hierros para desbaste) o “cerrar” la boca añadiendo un taco de boj en un rebaje practicado en la base.
Ustedes, que tienen más experiencia, qué harían? Se les ocurre otra opción?
Saludos



Hola, yo tengo un cepillo muy parecido y aunque no lo he hecho todavía mi opción sera cerrar la lumbrera. Si el cepillo fuese mayor si tendría sentido dejarlo para desbaste. Un saludo,
Isra

Hola Isra
Gracias por tu opinión. Lo cierto es que coincido contigo y probablemente cierre la lumbrera.
Saludos

Continúo con tres cepillos más: tres antiguos guillames con cuerpo y cuña de madera que se encontraban en unas condiciones realmente aceptables para mí. Desconozco su cuál es su antigüedad.


Los dos primeros son un guillame recto (de espaldones) con cuchilla de 2,3 cm y un guillame de moldurar. Llevan acuñada la misma marca (GONZALEZ HERos BUENOS AIRES), tienen el mismo tamaño (23 x 7 cm) y están construidos con la misma madera (palorrosa?). Ya estaban bastante bien, incluso conservan las cuñas originales de la misma madera, y sólo hubo que rectificar algo las caras, afilar los hierros, que son de un acero muy duro, devolviéndoles el ángulo primario (todavía sigo :wtf: ) y aplicarle productos de acabado.






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El tercero, es un guillame recto (de espaldones) de tamaño algo más grande que el anterior (25 x 8 cm y cuchilla de 2,5 cm) y de madera de encina. No tiene marca, sólo el dibujo de un castillo. En este caso, el grado de dificultad fue un poco mayor porque la madera estaba algo torcida (deformada, con cierto alabeo) y la cama de la cuchilla algo cóncava, también. La cuña no era la original y tenía mucha holgura, así que hice una nueva. Ahora, con la cama ya plana y la nueva cuña, la presión se ejerce uniformemente sobre la cuchilla y, al apretar, no se mueve de ahí.
Para corregir el alabeo hubo que rectificar las caras, alrededor de medio milímetro por cada lado, con papel de lija sobre una superficie plana. También rebajé ese milímetro al hierro con una mini-esmeril cuidando que no se calentase el acero.

El acabado es el mismo para los tres: consiste en dos finas manos de aceite de linaza aplicadas con un trozo de tela y una última mano de una mezcla de ceras (cera de abeja, parafina, lanolina y vaselina) aplicada en caliente. Es una fórmula elaborada por mí, con un punto de fusión mas bajo que la cera virgen de abeja, que utilizo para modelar.








Estoy muy satisfecho con el resultado, la verdad. Los ajustes en estos cepillos de madera con cuña son más complicados y requieren práctica… He probado uno y va genial. Ahora tengo que practicar con el tema del afilado que, como se suele decir, “es medio oficio”. Me he agenciado una piedra japonesa al agua combinada 1000/6000 y una pequeña piedra de Arkansas para los filos curvos. Hasta el momento tenía una vieja piedra natural, de esas que se lubrican con aceite de coche, para asentar, muy muy curtida, rota y con una cara cóncava como una bañera, jahahaa. Exagero. Es buena, pero está en muy malas condiciones y es muy sucia…

Con el tiempo, tal vez me anime a modificar el guillame recto de palorrosa(?) con una “suela” de latón, ajustándola bien a la boca de la lumbrera, para trabajos más finos.
Este asunto –cerrar la boca de la lumbrera–, es el que me ocupa actualmente. Y ya que tendré que hacerlo en más de un cepillo, quería informarme bien antes… Tiene suficiente entidad por sí mismo, de modo que abriré un hilo sobre el tema.
Saludos!

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Parece que va genial ese guillame. Yo tengo un par de ellos que necesitan esos mismos ajustes y nunca saco el rato para ponerme pero al ver tus avances me estoy animando “mogollon”. Muchas gracias por compartirlo. Un saludo.
Isra

Jahahah! Pues tío, anímate a acondicionarlos! Aunque, entiendo que andarás con más proyectos de los que humanamente se pueden asumir y encontrar el momento es complicado. A mí todavía me queda…, pero me lo planteo como un proyecto a largo plazo a compaginar con otros quehaceres. Ahora continuaré con dos junqueras y luego cerraré lumbreras a todos los cepillos que lo precisen. Por si sirve de algo he organizado la información que encontré sobre este tema aquí: foromadera.com/herramienta-manual/topic2495.html.
Saludos


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Son realmente hermosas esas herramientas y muy bueno el trabajo que estás haciendo. ¡Felicidades!

Gracias nigromante! Son hermosas, sí. Hago lo que puedo, con mis limitaciones, para que sigan operativas… aunque la cosa va lenta debido a la falta de tiempo, pero sigo en mi empeño…

Continúo.
He decidido restaurar las dos junqueras añadiendo unos insertos de metal para cerrar la boca y en los extremos. Como me interesa que éstas dos queden bien, empecé practicando con el PEQUEÑO CEPILLO que ya había mostrado lineas arriba, para hacerme una idea del proceso y anticipar posibles problemas… Hay algunos aspectos del resultado que se pueden mejorar y los tendré en cuenta para las siguientes restauraciones, por ejemplo: el ajuste de la abertura de la boca podría ser más preciso aunque no me importa, ya que este cepillo será para tareas que no requieran demasiada precisión o para reciclar maderas que puedan esconder alguna punta :astonished: y hacerlo sin miedo a causar estragos en otros cepillos en los que sí me dolería.
Otro punto a mejorar es la holgura entre los tornillos y el parche, ambos de latón: esos círculos que se ven en las imágenes. Anticipándome a este problema también le eché ahí del adhesivo (Araldite: epoxi de dos componentes) empleado para la fijación, así que no hay discontinuidad pero estéticamente queda algo feo. Una solución: martillear la cabeza del tornillo para que se deforme, se expanda el metal y desaparezca esa holgura, quedando una superficie continua de metal. No lo hice por miedo a que la madera (boj) se abriese a causa de los golpes pero, ahora, me doy cuenta que podría haber funcionado porque sí lo hice con los do tornillos pequeños que van tras la boca… En fin, iremos mejorando. Saludos
Aquí el pequeño Frankenstein:



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Menudo trabajo Victorh.Es una maravilla devolverles la vida útil a esos cepillos.Gracias por compartir.
Un saludo.

Carlos

Tiene muy buena pinta. ¿Que tal funciona?

Carlos Javier:
La verdad es que es bastante trabajo en total, pero creo que merece la pena…

GUR:
Pues va mejor de lo que esperaba, teniendo en cuenta que se trata de una herramienta antigua: con cierto desgaste y construida con materiales que no se pueden comparar a los de las herramientas actuales. Aquí el límite lo fija la cuchilla (de la que no tengo referencias) y no se le puede pedir más… En cambio, las cuchillas de las dos junqueras son “Peugeot Fréres”, con fama de emplear buen acero, y están en condiciones “recuperables”.
Sin calibre digital para medir el espesor de las virutas diría que, aproximadamente, una décima de milímetro o algo menos (probado en pino y haya) pero no me hagáis mucho caso… Adjunto foto del cepillo en acción.

Saludos


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Continúo con una GUBIA curva PEUGEOT FRÉRES.
He localizado esta tabla con los emblemas de la marca que corresponden a las calidades de sus productos:
jpcousinou.free.fr/img/o099.JPG
De los dos leones acuñados deduzco que es “Tout acier fondu”, es decir, toda de acero fundido de primera calidad, no?

El acero estaba muy oxidado y el mango algo astillado, como se puede ver:


Para eliminar el óxido acumulado en la hoja utilicé el taladro con un aplique de cepillo de alambre, y para afilarla lija de agua (240, 400 y 600) y piedra de aceite de arkansas y cuero; para restaurar la madera del mango encolé un taco de boj al que luego le he dado forma. El acabado es el mismo que vengo utilizando, lija fina, un par de manos de aceite de linaza (respetando tiempos de secado) y cera de abeja aplicada en caliente.





Ahora sí tiene mejor pinta y es completamente funcional. Me encanta la textura del acero picado: una gubia con carácter.
Saludos

Muy chulas las gubias. A mi tambien me parece preciosa la textura del acero picado pero con el contraste de un filo como ese :wink: . Los cepillos van quedando fantasticos y la reparación del mango, de lujo. Gracias por compartirlo y que los disfrutes. Un saludo.
Isra.

La elegida en esta ocasión para restaurar es una JUNTERA OLD SCHOOL (no junquera, como he escrito erróneamente varias veces: disculpad mi dislexia incipiente).


Descripción
Sus dimensiones previas son: 635 mm de largo, 70 mm de ancho, con hoja de 57 mm (Peugeot Fréres). Deduzco por sus cualidades que la madera puede ser palisandro: de textura lisa y fina, peso elevado, muy densa y dura para trabajar; el duramen va de ocre amarillo a rosa pálido con vetas marrón oscuro y moradas… sobre todo, el luminoso marrón violáceo la delata, aunque puedo estar equivocado.

El diagnóstico
La juntera está sucia en general, la empuñadura tiene una fenda que la atraviesa longitudinalmente y amenaza fractura, la cuña de sujeción de la hoja tiene holgura, la suela necesita ser rectificada y la boca está algo abierta, por lo que convendría cerrarla con algún inserto.

En faena
El comienzo ya fue entretenido: al tratar de desmontar la empuñadura, como el tornillo estaba oxidado, ofrecía más resistencia y provocó que se pasase de rosca la cabeza de este. Intuía que algo así podía suceder. Fui con tiento y logré que saliese unos milímetros (4 o 5 mm) antes de arruinar la muesca plana del tornillo. Entonces, limé la cabeza del tornillo para obtener dos planos paralelos y con una llave inglesa conseguí desenroscarlo. Esto fue antes de darme cuenta que la empuñadura no servía y que habría que cambiarla, de lo contrario emplearía métodos más drásticos :imp: .

Con el cepillo desmontado empecé rectificando la suela, poniendo todo mi empeño en dejarla plana. A continuación incrementé un poco el ancho de la caja donde va la empuñadura: no estaba muy escuadrada y el ensamble sería mas fuerte con esos milímetros de más. Luego corté un par de centímetros de los extremos de la juntera para sanear las testas, reducir el largo y el peso. La idea inicial contemplaba también sacar de esos sobrantes el inserto para cerrar la boca, pero descarté la idea porque se veían muy débiles… Ahora el largo es de 580 mm, algo equivalente a un Nº 7 que ya está bien.

El paso siguiente fue ocuparme de la empuñadura y la cuña. La elección de la madera fue casi intuitiva: ambas en bubinga. Con el tiempo me parece que la decisión ha sido la acertada porque cada día le encuentro más y más pros… la densidad, la tonalidad (casi el negativo una de otra, donde el matiz del veteado en una es el predominante en la otra y viceversa), etc.
El diseño de la empuñadura toma como punto de partida el perfil de la que ya tenía pero incorporando algunas “mejoras” de aquí y de allá: tiene algunas líneas de los serruchos para colas de milano de Veritas con el fin de mejorar la ergonomía, es decir, el agarre y una pizca de diseño propio en las curvas que conducen hacia la parte delantera y donde va el tornillo de fijación (esta vez de latón). El diseño de la cuña es un clásico donde poco pude aportar.


Volviendo al cuerpo de la juntera, con lija y cuchilla de ebanista trabajé las superficies. Si se fijan, uno de los lados tiene las marcas del aserrado con dientes de un par de tamaños diferentes. Lejos de molestarme, veo estas marcas como parte de su ADN o su memoria, y las dejé ahí.
En una de las testas detecté un par de pequeñas grietas que me empezaban a preocupar. Para neutralizarlas, coloqué una llave de doble cola de milano o mariposa, en madera de boj.

La siguiente tarea era cerrar la boca de la lumbrera que, tras valorar diferentes alternativas, hice con un inserto de latón. Esta vez, aplicando lo aprendido en el cepillo restaurado previamente, procuré martillear bien los tornillos que fijan la pieza de latón para que se integren lo mejor posible. Además de los tornillos (3) va pegado con adhesivo epoxi de dos componentes. Los ajustes del latón pueden parecer complicados pero todo lo contrario, se puede trabajar fácilmente con una cuchilla de ebanista (o un instrumento similar de acero) sacando virutas de metal hasta llevarlo a su sitio.

Finalmente, el acabado es de aceite de linaza, aplicado en finas capas respetando sus tiempos de secado. En esta ocasión le añadí al aceite, en las capas intermedias, un par de gotas de goma dammar diluida en esencia de trementina.

Futuribles mejoras
Tengo dos hierros de acero laminado (Peugeot Fréres) de 57 mm que están relativamente bien, algo picados pero operativos. Si me decido, quizá adquiera una cuchilla nueva de recambio.

Con este ancho de 57 mm, en el mercado hay poca oferta: es una medida poco usual. De todas formas, en Dieter Schmid - Fine Tools sí las tienen. Por lo visto, el “Antiguo No. 5-1/2” tenía cuchillas de 2-1/4 in. = 57 mm.
fine-tools.com/eisen.html
Son Hock, de acero O1 (High Carbon Tool Steel). En la propia web de Hock además de los de O1 venden también hierros de esa medida en A2 (Cryogenically Treated A2 Tool Steel Blades):
hocktools.com/products/bp.html
El precio del conjunto cuchilla-rompevirutas (entre 73 € y 82 € / aprox.) me hecha para atrás. En cambio, comprar sólo la cuchilla (entre 41,50 € y 52 € / aprox.) y adaptar, si fuese necesario, un contra-hierro de los que tengo, podría ser una opción, no se…


El resultado




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Te han quedado de exposicion !!! :clap: :clap:

:clap: :clap: :clap: Que bonito VictorH, te han quedado de lujo. Gracias por animar la Galeria.
Un saludo.
Isra.