Buenos días.
Recientemente he tenido problemas con un cliente. Llevo tiempo dedicándome a la carpintería, y jamás me había ocurrido. El caso es que ya le había trabajado antes (restaurando una escalera de caracol, trabajo con el que quedó muy satisfecho). Después de un tiempo, me llamó para hacerle las puertas correderas para un armario. Se las instalé, quedó otra vez muy satisfecho y me volvió a llamar.
Esta vez se trataba de cambiar la tarima flotante de una habitación (quitarla, reparar una parte donde estaba un armario), retirar unos armarios de aglomerado y aprovechando los tableros realizar una mesa de escritorio y unos muebles para almacenar colgados en la pared.
Al quitar la tarima flotante, me encontré con el problema de que había partes pegadas al suelo con silicona, además de que debajo del armario (espacio bastante grande) no estaba entarimado. Por suerte tenía el cliente una caja del mismo suelo sin utilizar, y entre lo que pude salvar de la antigua tarima y los trozos y la caja que tenían en el garaje pude “salvarlo”. Eso sí, me llevó más tiempo del que tenía pensado, en parte por el lío de la silicona y en parte porque el cliente estaba detrás de mí (literalmente, detrás) mientras estaba instalando la tarima de nuevo. No sé cómo lleváis eso de que os observen mientras trabajáis, pero a mí me resulta insoportable.
Una vez puesta la tarima (lo mejor que se pudo con lo que había, porque no quería el cliente comprar más material), comencé con el trabajo de reutilizar los tableros. Como ya le había comentado al cliente, la posibilidad de que hubiese algún agujero, o algún desperfecto en los tableros era alta.
Acabé los muebles (balda para libros y parte de almacenamiento, de dos metros de largo) con los tableros, y evidentemente algún pequeño agujero había. Ahí empezaron los problemas. Tuve que desmontarlo una vez montado todo porque había algún pequeño descuadre (según el cliente, que por si fuera poco estar detrás de mí mientras trabajaba se dedicó a coger mis herramientas y a decirme que si había un mm más por aquí… o a coger la lija para lijar no sé qué …).
Pues bueno, más o menos salvé el problema, aunque también tuve que lidiar después con las paredes (que evidentemente no estaban rectas).
Después hice la mesa, pegando dos tableros de 20 mm y salvando lo más posible que los posibles defectos del tablero estuviesen en la parte que no se ve). Al montarla en la pared, resultó que había una pequeña muesca de un tornillo que posiblemente fuese de que los módulos que formaban los anteriores armarios estuviesen cosidos… y a pesar de proponerle varias soluciones (vamos, que no molestaba lo más mínimo), tuve que desmontar la mesa de la pared, despegar los tableros, cortarla de nuevo y volver a hacerla.
Total, que después de hecha, quedé con él para ir otro día para montarlo todo y ponerle unas puertas (que por suerte hice en el taller, porque habría sido incapaz con él todo el rato molestando).
Al llegar con las puertas, me encuentro en primer lugar a él quejándose de miles de pequeños detalles (tanto del suelo, como del mueble colgado, como de la mesa), pero de muy malos modos, exigiendo que terminase todo ese mismo día.
Me puse a ello, cambié (que no arreglé, porque no llevaba razón) todo aquello que “le molestaba”, y a la mitad de la jornada sube su señora, y se pone a gritarme a voces que “tenía que acabarlo todo sí o sí hoy mismo” (me dio la impresión que le gritaba más a su marido, la verdad).
Acabé todo lo que pude, colgué las puertas a toda velocidad, volví a montar la mesa y me fui a la planta de abajo.
Les dije, con muchísima educación que no iba a volver, que les mandaría la factura por los trabajos realizados y que lo que quedaba por hacer (poner canto a la mesa) llamaran a quien les conveniese.
Pues empezaron los dos a gritarme, no dejándome salir de la casa (no sé cómo no perdí la paciencia, pero después de un rato me abrieron la puerta y me fui).
Les mandé la factura, y evidentemente no tengo noticias ni del pago ni de nada más, pero después de todo esto no pienso volver a esa casa.
¿Os ha pasado alguna vez algo así? Porque a mí es la primera vez, y llevo varios días como un manojo de nervios… después he hablado con algún amigo y me he encontrado conque a ellos les pasó lo mismo (fontanería en este caso) con las mismas personas.