Voy a aprovechar que tengo un cepillo nuevo para ir contando el proceso de ajuste completo, dentro de mis limitaciones (y las del cepillo ).
Con cualquier herramienta es muy importante el afilado, pero especialmente en el uso de herramientas manuales como cepillos y formones. Puede suponer la diferencia entre un resultado muy bueno, y uno mediocre, aparte de que el uso de una herramienta mal afilada es más bien como usar una cuchara para abrir un melón
Es importante que la base del cepillo (y después, de las cuchillas) sea realmente plana. No hace falta que sea un espejo, pero debemos eliminar cualquier imperfección evidente, que casi con seguridad se traducirá en un uso incómodo del cepillo.
En el caso de los cepillos de Stanley, la base tiene una especie de acabado rugoso con un barniz, yo creo que más para protegerlo del óxido que otra cosa. La cuchilla viene un poco afilada, pero no es buena idea usarla tal cual.
La base la podemos aplanar de varias maneras. Lo más normal es poner una lija fina para metal en una mesa o cristal, y dar pasadas longitudinales hasta que vamos eliminando las imperfecciones. Hace un par de años ajusté un cepillo más pequeño usando esta técnica, y acabé con un dolor de hombros de cuidao Supongo que no lo hice bien del todo, pero francamente me pareció un suplicio.
Con este nº4 de Stanley me he decidido por usar una placa de rectificados (“lapping plate”) de Veritas, junto con abrasivo en polvo. La cosa viene siendo así:
1.- Echar aceite en la placa (que pesa un huevo, dicho sea de paso), como para hacer una capa fina por toda la superficie. Extender con el cepillo o lo que sea que vayamos a rectificar. O con la mano, vaya El fabricante recomienda usar aceite de oliva o mineral; yo he optado por aceite de camelia.
2.- Echar una cucharadita (pequeña) de abrasivo. El grado que elijamos dependerá de lo mal que esté la superfice, como sería en el caso de usar lija. Por mi experiencia con este cepillo, es mejor empezar directamente con el más fuerte, en mi caso el 90. Extender con el cepillo haciendo ochos, de forma que se forme un barrillo resbaladizo por toda la superficie. Más o menos así:
3.- Tiene que dar sensación de fricción al mover el cepillo, pero es una cosa fluida, no como si hubiera arena debajo Ante la duda, mejor echar unas gotas de aceite y ver si la cosa mejora. No hace falta apretar mucho, pero sí un poco y sobre todo asegurarnos de que usamos toda la superficie de la placa más o menos por igual.
4.- Lógicamente, depende de cuánto material tengamos que eliminar, pero en unos 15-20 minutos ya notaremos mucha diferencia. Veremos además que algunas partes están lisas y otras no, porque la superficie no era tan plana como parecía. Seguimos hasta que esté plano del todo, que ya que nos hemos puesto, vamos a acabar bien, ¿no?
5.- Limpiamos la placa y la base del cepillo. No hace falta que queden como nuevas, pero sí que no haya restos evidentes de abrasivo porque harían inútil el paso a material más suave después. Veritas recomienda usar papel de periódico o toallitas de bebé (realmente son de papel ), yo uso papel de cocina con un poco de spray de jabón neutro (muy poco).
6.- Repetir el proceso con un abrasivo más fino, por ejemplo 280. Y luego lo mismo, con otro más fino (400 o 600, digamos). Con esto debería estar más que terminado.
En unos días lo tendré terminado del todo, pondré fotos a ver si se ve bien el antes y después. Y después seguimos con la cuchilla